«Qué manera de regresar a la Champions», «La felicidad es roja y blanca» o«El Aleti, espectacular líder de grupo» son algunos de los titulares que definen el partidazo jugado por nuestro Aleti hoy. Si hay que hacer un símil con lo sucedido esta noche, lo tengo muy claro: hemos sido un muro en defensa, una apisonadora en el medio y una ganzúa en la delantera: eso ha sido hoy nuestro Glorioso Aleti.
Nuestra irrupción/regreso en Europa ha sido convincente, contundente e imponente, y lo mejor de todo es que la imagen del equipo ha sido la que corresponde: la de un equipo grande, propia de un club grande. Había muchas ganas de volver a escuchar el himno de la Champions, aunque fuese por la tele y a un par de miles de km de distancia, y mereció la pena. No os cuento cómo contamos las horas para escucharlo en el Manzanares…Éste era el único de los 3 viajes que tenía claro que no iba a poder hacer, pero lo he disfrutado como si estuviese gritando sin parar en el campo, he sentido los goles del Kun y de «Caniche» (también conocido como «Gordiche»-pero cómo juega cuando quiere el tío) como si hubiese sido yo el que les hubiese dado los pases de gol, y he abrazado a mi padre como si el mismísimo rey Neptuno se hubiese apoderado de la fuerza de mis brazos.
Porque no ha sido una victoria sin más, no ha sido tan solo un repaso a un equipo en cuyo Philips Estadion no ha ganado nunca un equipo español salvo el Farça en el 96, ni siquiera disfruto de esta euforia por haber vuelto al sitio que nos corresponde y que perseguimos desde hace 11 años…Y es que tras la sombra del Dios del Mar surgió un equipo que dominó Europa, un equipo ante cuyo nombre hace no tanto los rivales se echaban, cuanto menos, a temblar…
Siento todo ello porque tengo ganas de fútbol, porque, aunque siempre fue así, con orgullo os digo que este año, hoy, y más que nunca, tengo ganas de Aleti…
Ya estamos de nuevo en marcha. ¡¡¡¡¡AUPA ALETI!!!!